
Vosotros y yo somos diferentes. ¡ Si no se pueden encontrar soluciones a la propia vida se llega a un callejón sin salida! Aquí y ahora, ¿cómo crear nuestra vida? Se proyecta una película y si se detiene, la imagen se vuelve fija, inmóvil.
Las artes marciales y el Zen tienen en común la creación y la concentración de la energía. Concentrándose “aquí y ahora” y exteriorizando la verdadera energía de nuestro cuerpo, se puede observar y recargar.
Cuando se abre la mano, se puede obtener todo. Si se cierra la mano, no se puede recibir nada.
En las artes marciales, hay que penetrar los elementos, los fenómenos, y no pasar al lado de ellos. Pero en nuestra época todo el mundo quiere economizar su energía y se vive a medias. Siempre se esta incompleto. Las gentes viven a medias, tibias como el agua del baño. Hay que aprender a penetrar la vida. Así, el secreto de las artes marciales es aprender a dirigir el espíritu, esto forma la base de las técnicas corporales. El espíritu debe volverse la sustancia. El espíritu es la sustancia, sin forma pero algunas veces tiene una forma. Cuando la actividad del espíritu llena todo el cosmos entero, este espíritu aprovecha las ocasiones, tiene una posibilidad de evitar los accidentes y puede atacar las diez mil cosas en una sola. Esto significa que, durante un combate nuestro espíritu no debe ser influenciado por ningún movimiento del adversario, por ninguna de las acciones de su cuerpo y de su espíritu. Nuestro espíritu debe dirigirse libremente, no tener la esperanza de atacar al adversario, ni dejar de prestarle atención. Se debe estar completamente atento de instante en instante.
LOS SIETE PRINCIPIOS
La fusión del Budismo y del Shintoismo permitió la creación del Bushido, la Vía del samurai. Se puede resumir esta Vía en siete puntos esenciales:
1. Gi: la decisión justa en la ecuanimidad, la actitud justa, la verdad. Cuando debemos morir, debemos morir.
2. Yu: la bravura teñida de heroísmo.
3. Jin: el amor universal, la benevolencia hacia la humanidad.
4. Rei: el comportamiento justo, que es un punto fundamental.
5. Makoto: la sinceridad total.
6. Melyo: el honor y la gloria.
7. Chugi: la devoción, la lealtad.
Estos son los siete principios del espíritu del Bushido
Bu: artes marciales. Shi: el guerrero. Do: la Vía. La vía del samurai es imperativa y absoluta.
LA PRÁCTICA
Al venir del cuerpo a través del inconsciente, es fundamental. De aquí la gran importancia dada a la educación de la respiración justa, de la técnica justa, de la actitud justa, del comportamiento justo. Practicar solo, es difícil.
La atmósfera del dojo, la presencia del Maestro y de los discípulos son una ayuda preciosa . Mi Maestro decía a menudo que cuando tenía que hacer zazen solo, sin sus discípulos, le era difícil. En el dojo nace una emulación que os impide ceder a la primera fatiga, al primer dolor. El temor a molestar a los demás, a no estar en sintonía son estímulos. El Maestro que corrige sin relax vuestra postura, vuestra técnica, impide los malos hábitos y evita que caigáis en la somnolencia y el aburrimiento. Practicar con los demás nos obliga a hacer cada sesión como si fuera la primera.
Las influencias entre el Bushido y el Budismo han sido recíprocas. Pero el budismo ha marcado al Bushido en cinco aspectos:
a) El apaciguamiento de los sentimientos.
b) La obediencia tranquila de cara a lo inevitable.
c) El dominio de sí ante cualquier acontecimiento.
d) La intimidad más grande con la idea de la muerte que con la de la vida.
e) La pura pobreza.
Las tres etapas
Shojin, la primera etapa: una época de práctica con la voluntad y la conciencia es necesaria al comienzo. En el Budo, como en el Zen, este período dura alrededor de tres o cinco años, y antiguamente más de diez años. Durante estos diez años, era necesario continuar la práctica del zazen con la voluntad. Pero sucedía que después de tres o cinco años de verdadera práctica, el Maestro acordaba el nivel 1 . En esta época era necesario vivir en un templo y seguir los entrenamientos en él. Es pues el período de entrenamiento con la voluntad y con el esfuerzo consciente.
La segunda etapa es la del tiempo de concentración sin conciencia, después del shiho. El discípulo está en paz. Puede realmente llegar a ser el asistente del Maestro. Posteriormente, podrá llegar a ser Maestro y enseñar a su vez a los demás. Durante el tercer período, el espíritu alcanza la verdadera libertad. “A espíritu libre, universo libre”. Después de la muerte del Maestro, se es un Maestro completo. Pero, evidentemente, ¡ no hay que esperar ni desear la muerte del Maestro pensando ser libre entonces! Estos tres períodos son idénticos en el Zen y en el Budo.
ENSEÑANZA MAESTRO - DISCIPULO
La enseñanza del Budo sólo puede ser transmitida de corazón a corazón, de ser a ser, de maestro a discípulo. La relación maestro-discípulo es, pues, fundamental. Desde el Buda Shakyamuni hasta el momento presente, el Budo ha sido transmitido de maestro a discípulo, generación tras generación.
Ante un Maestro, conviene observar las reglas consignadas en el DAIJO DISHI HO del Maestro Memyo y el KIOKAI RITSUGI del Maestro Nanzan Dosen.
Todos los Maestros deben ser tratados con el respeto que le acordáis a vuestro propio Maestro.
1) Muéstrense agradecidos cuando se os da alguna enseñanza. Estén atentos y no obliguen al Maestro a repetir sus explicaciones.
2) Ante un Maestro, observen una postura humilde y modesta.
3) Un practicanta tiene el rango de “alumno avanzado” al cabo de cinco años. El rango de “experto” al cabo de diez años. Esta es la ley de Buddha. No lo olvidéis jamás.
4) No entréis en el doyo ni os sentéis antes de haber recibido el permiso del Maestro. Unir las manos. Siéntense bien derechos. Muéstrense atentos y dedicados.
5) Exprésense respetuosamente durante vuestra conversación con un Maestro, y no abusen de la bondad de vuestro interlocutor.
6) No tomen jamás la iniciativa de comentar la ley fuera del control de un Maestro, mismo si otras personas os lo están pidiendo con mucha insistencia.
7) No alaben jamás a otro Maestro, no critiquen jamás a otro Maestro, durante sus entrevistas con un Maestro.
8) Cuando Ustedes encuentren a un Maestro, Ustedes deben saludarlo y seguirlo y no volver a sus casas hasta que os invite a hacerlo.
9) Ningún practicante esta autorizado a criticar el sermón o la conferencia de un Maestro.
10) Si el Maestro tiene Maestros, ténganlo en cuenta y condúzcanse en consecuencia.
11) Si el Maestro tiene discípulos, respétenles como Ustedes lo respetan a el. No falten jamás el respeto debido a un Maestro.
12) Para vosotros, siempre habrán Maestros. Que Ustedes erréis por el campo como hacen las nubes y la lluvia, visitando los monasterios, doyos o que os hayáis convertido en un Buddha, siempre encontrareis alguien más antiguo o más aclarado que Ustedes.
La actitud del Guerrero: abandonar el egoísmo.
Hay que practicar por la Vía y no por el provecho personal o social. La leyenda del inicio de la transmisión del Budo-Zen. La transmisión del espíritu del Dharma comenzó, según la tradición, cuando en una ocasión el Buda estaba sentado en medio de una gran concurrencia de discípulos. Presentes estaban cientos de monjes y monjas, hermanos y hermanas legos así como varias órdenes de seres celestiales. Todos estaban en silencio esperando a que el Buda diese un discurso, pero esta vez en lugar de hablar el Maestro sencillamente levantó una flor dorada en medio del silencio de la asamblea.
Sólo Mahakashyapa, uno de los discípulos de mayor edad conocido por sus austeridades, comprendió el significado de la acción del Buda y sutilmente sonrió. El Buda entonces dijo: "Soy el dueño del maravilloso ojo del Dharmaque es el Nirvana, la Mente, el misterio de la Realidad y la no Realidad y la puerta a la Verdad Trascendental. Ahora se lo entrego a Mahakashyapa". En esto consistió la transmisión del espíritu del Dharma.
Aunque es difícil expresar lo que ocurrió es necesario tratar de entenderlo: cuando el Buda levantó la flor dorada -no cuando habló lo cual lo hizo sólo en consideración a los demás discípulos que no habían logrado comprender el significado de su acción- tuvo lugar una comunicación directa de la Verdad de una Mente a otra. De una Mente en estado de Iluminación Suprema a otra que casi lo estaba y que solo necesitaba del más delicado de los toques para alcanzar la perfección. Esto es lo que se debe de entender por transmisión especial; lo que ocurre o se transmite de una Mente a otra en el plano espiritual mas elevado.
Después Mahakashyapa transmitió el espíritu del Dharma a otros. Según la tradición transmitió el espíritu del Dharma a Ananda, que había sido el asistente personal del Buda durante sus últimos veinte años. Ananda a su vez a su discípulo Sanakavasa, y así sucesivamente el espíritu del Dharma continuó transmitiéndose a través de un largo linaje de maestros espirituales.
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