El Grissom olímpico español

DOBLE CAMPEÓN MUNDIAL Y EUROPEO

*Favorito para conseguir el oro en taekwondo (-58 Kg) en los Juegos de Londres
*Vive y se entrena en el CAR de San Cugat (Barcelona) y estudia Administración y Dirección de Empresas a la vez que Criminología
*Su principal virtud es la agilidad mental
*Es familiar, optimista, luchador y ambicioso

Si el taekwondo tuviera en España la misma relevancia que el fútbol, Joel González acapararía tantas portadas como Cristiano Ronaldo o Messi. Con sólo 22 años es doble campeón del mundo en la categoría -58 kilos (Copenhague 2009 y Corea 2011) y de Europa (San Petersburgo 2010 y Manchester 2012) además de ser una de nuestras principales bazas de medalla en los Juegos Olímpicos de Londres. Y todo ello compaginándolo con segundo de Administración y Dirección de Empresas y tercero de Criminología.

"Siempre me ha gustado el tema policial: las películas, las series de televisión, pero sobre todo la novela policíaca e intentar reinsertar a la persona en la sociedad", confiesa. Aunque a priori podría parecer que la Criminología y el taekwondo no tienen nada en común, en ambas la agilidad mental resulta clave. "En un examen te plantean un caso y tienes que tomar decisiones en base a las pruebas que te aportan. En un combate también tienes que tomar decisiones en décimas de segundo", nos cuenta. Y precisamente ésa es una de sus principales virtudes, "el pensar en milésimas de segundos. En pleno combate se busca el punto en el que atacar y defender y yo me sé sobreponer a los cambios, cosa que muchos deportistas de élite no llegan a conseguir. En el fondo el taekwondo es como una partida de ajedrez pero con patadas", añade sonriendo.

Este estratega del tatami lleva sacando partido a esa cualidad desde que a los 11 años empezó a practicar el taekwondo. "Lo habitual es empezar con 5 ó 6 años pero yo empecé un poco tarde. Ocho años después de ponerme por primera vez un kimono fui campeón del mundo. Hasta entonces jugaba al fútbol pero la ilusión de mi padre era abrir un gimnasio con los ahorros del taller. Cuando hizo su sueño realidad daba clases de taekwondo y me apunté", recuerda.

Pedro: padre, entrenador y consejero 

Pedro, su padre, ha sido y sigue siendo un pilar fundamental de los éxitos de Joel. Fue su primer entrenador y hoy en día estudia a los rivales de su hijo a través de vídeos para después contarle los puntos fuertes y débiles de sus contrincantes. "Sé que suena a tópico pero les debo todo a mis padres. Han venido a todos los campeonatos del Mundo que he realizado, han viajado por todo el mundo para seguirme y apoyarme", confiesa mientras recuerda que el día que se jugaba el billete para Londres en el Preolímpico de Europa disputado en Kazan (Rusia) su hermana Dara también se jugaba su futuro examinándose del MIR. "Aún así me mandó un vídeo antes de entrar al examen para enviarme su apoyo", recuerda emocionado.

Precisamente el apoyo de su familia fue clave a la hora de tomar la decisión, hace seis años, de dejar su Figueras natal para mudarse al CAR de Murcia, donde estaba la selección sub 21 de taekwondo. Allí pasó dos años y desde allí dio el salto al CAR de San Cugat (Barcelona) donde reside desde hace cuatro. Cuatro años, un ciclo olímpico, en los que se ha convertido en el chico de oro del taekwondo. Ha trabajado muy duro para estar en lo más alto pero reconoce que nunca se imaginó que estaría en una cita olímpica. "Cuando veía a mis compañeros en Pekín veía imposible estar en unos Juegos".

Asume el papel de favorito en Londres

Cuatro años después de los Juegos en la capital china asume sin miedo el cartel de favorito en -58 kilos. "Es normal que a priori se me dé como favorito. Creo que puedo estar ahí arriba y voy a hacer todo, pero hay que ser realista porque esto es deporte y puede pasar cualquier cosa. Voy a por todas y mi objetivo es el oro olímpico. Si no te ves ahí arriba dudo de que se pueda llegar a conseguirlo pero pueden pasar mil y una cosas", insiste.

Sabe que unos Juegos son palabras mayores pero "quiero tomármelo como un campeonato más, no quiero que me cambie la forma de competir. Voy a ir con esa mentalidad y creo que así es como puedo ganar. Creyéndome que es un Mundial o un Open internacional. Es mucha presión y al verlo demasiado grande a lo mejor ves que no puedes llegar arriba. Una vez allí iré combate a combate".

Joel aprendió la lección en junio del año pasado en Baku. Allí se disputaba el Preolímpico Mundial y no consiguió el pasaporte para Londres. "El ansia me jugó una mala pasada", reconoce. Entonces cambió la mentalidad y en enero de este año conseguía el objetivo. "Hay que ir con la mentalidad de que se puede. En España el nivel que hay en taekwondo es muy alto, incluso podríamos equipararlo a un EE.UU. en atletismo", explica.

Hoy no concibe su vida sin el taekwondo. "A este deporte le debo casi todo. No cambiaría la vida de deportista por nada. Soy un privilegiado porque me ha dado un sitio para vivir, me ha dado una novia (Stephanie, que compitió en Pekín 2008 también en taekwondo con su país, Francia), he viajado por todo el mundo y he conocido el valor que tiene luchar para conseguir algo".

Ese algo en la actualidad es una medalla de oro el próximo verano en Londres. La cita, marcada en rojo en su calendario, es el 8 de agosto. Saldrá al tatami sonriendo, como siempre, y pensando que si logra su sueño la presea irá dedicada a todos aquellos que practican un deporte lejos de los focos mediáticos.

ALMUDENA RIVERA; Marca.com