El ganador del oro en Londres en taekwondo pelea ahora, de vuelta a casa, por favorecer la visibilidad de su deporte más allá de la llama olímpica.
Por Amaya Iríbar EL PAIS
Se pueden ganar todos los combates desde 2010, ser campeón del mundo por dos veces, de Europa también doblemente, haber cambiado tu deporte y que apenas te conozcan. Pero luego llegan los Juegos Olímpicos, consigues un oro, uno de los tres de España el último verano, y por unos días tu cara de jovencito espabilado, tu discurso maduro y reflexivo a pesar de tener 23 años, está en todas las portadas, en todos los telediarios… por unos días. Es lo que le pasó a Joel González, el rostro del éxito del taekwondo español en Londres: tres participantes, tres medallas, pleno.
Después de los Juegos paró. “Pedí una pausa para asimilarlo todo y pensar. Pero ¿sabes? Me gusta lo que hago, los entrenamientos, las competiciones, el ambiente… Al final lo que quiero es estar ahí”, dice por teléfono. Así que ha vuelto a Sant Cugat, a levantarse a las 6.30, a sus dos entrenamientos diarios (el primero, a las siete de la mañana), a los estudios –“si todo va bien, debería acabar Criminología este año y me quedan dos de ADE (Administración y Dirección de Empresas)–, a estudiar a los rivales… con la vista puesta en Río 2016 y la esperanza de que sus éxitos, los de su deporte, no pasen inadvertidos hasta entonces.
Foto:Han Guan (Gtresonline)
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