Nicolás García tiene 27 años y lleva 23 en un tatami. Empezó con 4 años, junto a sus hermanos. “Éramos unos trastos, mis padres nos llevaron a los tres a ver si aprendíamos a relacionarnos. Ahí se aprendía la disciplina, el orden y el respeto. Al cumplir los 12, no había ni Dios que me sacara del gimnasio”, dice García que se inició en un pequeño gimnasio al lado de casa en Canarias, creció en la residencia Blume de Madrid hasta conseguir una plata olímpica en los Juegos de Londres . Seguramente no pueda buscar el oro en Rio. Las secuelas de un grave accidente de moto le han frenado. Es un domingo soleado de finales de septiembre en el CAR (Centro de Alto Rendimiento) de Madrid. Nico participa en las jornadas de puertas abiertas organizadas por el Consejo Superior de Deportes para dar comienzo al nuevo curso y acercar a los más pequeños al deporte. Desde los ventanales de la sala de taekwondo se v e la pista de atletismo. En la planta de abajo los niños hacen...